En este recreo, los jugadores tienen que intentar meter la esférico en el palo usando una variedad de movimientos. Por muy exhausto que estuviese y sobrado difícil que pareciese el reto, Andrey Rublev no parejoó de procurarlo, con una aire que honra al tenis y a la competitividad. Acabó capitulando frente a un Daniil Medvedev que mete temor